23 de julio

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El 23 de julio en Cuba.

Acontecimientos.png Acontecimientos

Monumento al primer samurai en Cuba, Hasekura Tsunenaga, llegado en 1614
  • 1614: Llega el primer samurai a Cuba. Su nombre era Hasekura Tsunenaga, también llamado "Rokuemon". Era veterano de las guerras en Corea, y debía conducir una embajada diplomática de su país a las cortes españolas y a la Santa Sede. Llegó desde México a Cuba, donde descansó, y en agosto partió en una caravana de la Flota de Indias, hacia España. Tsunenega había sido enviado por el fundador de la ciudad de Sendai, Date Masamune, considerado entre los más hábiles guerreros de la época. Su comitiva estaba integrada por los frailes Luis de Sotelo, Diego Ibáñez e Ignacio de Jesús, así como otros 30 españoles y 150 japoneses. Había zarpado de la bahía de Tsukinoura el 28 de octubre de 1613, en el galeón San Juan Bautista. Siglos después, desde 1898 y hasta 1943 llegaron a Cuba para asentarse pequeños grupos de japoneses, hasta llegar a estar presentes en 46 sitios de las seis provincias de entonces, además de Isla de Pinos. Los japoneses se dedicaban principalmente a la agricultura, las minas, la industria azucarera, la pesca, la agricultura, la mecánica, la electricidad y los servicios. Hoy en La Habana Hasekura Tsunenaga es homejeado con una estatua de bronce sobre pedestal de granito, inaugurado el 26 de abril del 2001, donada a Cuba por la Escuela Sendai Ikue Gukuen, en honor a las relaciones fraternas entre Cuba y Japón.
  • 1885: Primer número de "El Fígaro". Aunque el periódico “El Fígaro” surge para defender los intereses del deporte en general y del béisbol en particular, todo su valor y trascendencia lo obtuvo en el aspecto literario y sobre todo con el movimiento modernista, puesto que sus principales figuras dentro y fuera de Cuba, exceptuando a José Martí, escribieron en él. En la República y hasta principios de los años cuarenta, El Fígaro continuó la labor literaria, pero ampliando el espacio dedicado a los problemas sociales y políticos con encuestas sobre candentes temas de actualidad y certámenes políticos.
  • 1898: Guerra del 95: Junta de Guerra por suceso en el Jíbaro, La Demajagua. La Junta de Guerra presidida por el General Carrillo juzga a los militares de la Sección de Americanos que en el combate del Jíbaro desobedecieron las órdenes del general José Miguel Gómez y ultrajaron la bandera sin el más elemental principio del honor. La Junta resuelve despachar a los reos al Gobierno de los Estados Unidos. Sobre el suceso refleja Máximo Gómez en su diario: Profanar la enseña noble de este pueblo heroico, faltar el respeto de uno de nuestros generales y despreciar nuestras leyes, eso, después de los españoles, sólo se le ocurre a un americano borracho y brutal.
  • 1959: Paro general de la CTC-R. La demanda popular solicitando el regreso de Fidel Castro a la Jefatura del Gobierno, va en aumento, y la CTC, ante el clamor de los obreros, decreta el paro de una hora, de 10 a 11 de la mañana, en demanda de que el Comandante en Jefe ocupe nuevamente el cargo de primer ministro. Horas más tarde, miles y miles de trabajadores se dirigieron al Palacio Presidencial a reiterar su consigna. El presidente recién electo en sustitución de Manuel Urrutia Lleó, Osvaldo Dorticós Torrado les dirige la palabra: “el doctor Fidel Castro tiene que escuchar el clamor del pueblo que le dice que vuelva”.

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  • 1958: Osvaldo Herrera, en Bayamo. Apenas adolescente, Osvaldo Herrera encabeza las luchas estudiantiles en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Clara. En la capital matricula Derecho en la Universidad de La Habana y continúa la labor conspirativa. Perseguido con saña sube a la Sierra Maestra, y se incorpora a la Columna N°1 "José Martí" comandada por Fidel Castro. De ahí pasará a las órdenes del entonces capitán Camilo Cienfuegos quien pronto lo nombra teniente auditor y juntos planean un ataque a Bayamo, que incluye varios puntos clave. Ascendido a capitán por su capacidad y valor, Osvaldo Herrera es seleccionado para reorganizar el Movimiento 26 de Julio en Bayamo, Las Tunas y Holguín. Preso en el cuartel de Bayamo, después de resistir las horribles torturas de los esbirros de la dictadura, prefiere inmolarse antes que claudicar, integrando la larga lista del martirologio cubano por la libertad definitiva.

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